Alonso de Quintanilla

Hoy pretendemos descubrir una de esas calles más importantes por su nomenclatura que por su trazado o importancia. A un costado del Teatro Campoamor y del primitivo Convento de Santa Clara, delimitada por las calles de Pelayo y Caveda, se extiende hoy en día la calle de Alonso de Quintanilla.

Exceptuando los monarcas asturianos, con mención especial a Alfonso II, pocos personajes históricos ha visto nacer la capital asturiana de la importancia de Alonso de Quintanilla. Nacido en 1420 en Caxigal, parroquia de San Esteban de las Cruces, llegará a manejar los hilos de la corona castellana en uno de los períodos más importantes para el porvenir del Reino. A lo largo de todo el siglo XV estará a las órdenes de los monarcas castellanos, quienes irán incrementando la confianza en el ovetense hasta alcanzar su punto más álgido con los Reyes Católicos, a cuyo servicio ejerció de Contador Mayor del Reino. Cargo sobradamente merecido gracias al decisivo papel que tuvo en el enlace entre Isabel y Fernando y en la posterior guerra civil entre Isabel y Juana “la Beltraneja”. Pasará a la historia por ser unos de los principales promotores de la Santa Hermandad y, especialmente, por ser el mayor protector de Cristóbal Colón, jugando un papel decisivo en el descubrimiento del Nuevo Mundo.

Alonso de Quintanilla ante Isabel I (Manuel Quintanilla, panoramio.com)
Escultura de Alonso de Quintanilla ante Isabel la Católica (panoramio.com/Manuel Quintanilla)

No obstante, nunca olvidó sus raíces. A él se deben numerosas concesiones a la iglesia y al municipio ovetense. Pero si por algo se unirá su memoria a la de Oviedo será por la protección que su familia prestó al Convento de Santa Clara (hoy Delegación de Hacienda), llegando a ser el lugar elegido por sus padres para su sepultura.

Convento de Sta Clara 1712 (igrabados.com, Parcerisa F.J. Litografía)
Convento de Santa Clara, 1712 (litografía de Parcerisa, F.J.)

Pasará sus últimos días en Medina del Campo, donde murió en 1500 dejando una profunda huella que la corporación ovetense sólo ha sabido recompensar con una lápida conmemorativa en la iglesia de San Esteban de las Cruces, donde había sido bautizado.

Los orígenes de la calle se remontan a la segunda mitad del siglo XIX. La desamortización de 1845 acabará con la vida religiosa del Convento de Santa Clara; sus huertos serán derribados para dar paso a nuevas calles que irán configurando la expansión de Oviedo, entre ellas, la que nos ocupa. El Ayuntamiento acordó en 1887 denominar a la calle que entonces se extendía entre la de Covadonga y 19 de julio con el nombre del ilustre ovetense, sin duda, por la relación existente entre éste y el convento que delimita la calle. Será en 1931 cuando, haciendo desaparecer la plazuela de los Vizcaínos, se ampliará hasta la calle Caveda y, posteriormente, alcanzará sus límites actuales enlazando con la de Pelayo.

Alonso de Quint y Convento de Sta Clara (portada barroca)
Portada barroca del antiguo convento de Santa Clara junto a la calle Alonso de Quintanilla en la actualidad

Sin embargo, pos caprichos de la historia, en 1930 se acordó dar una nueva denominación a la calle, la de Alfredo Cañal, asturiano que presidió el Casino Español de La Habana, pasando entonces Alonso de Quintanilla a rotular la calle de González Besada. Poco duraron estos cambios, pues dos años después ambas calles recuperaron sus nombres originales que aún hoy en día conservan.

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